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Arquitectos: BDR bureau
- Área: 5 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Simone Bossi
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Proveedores: Pedrali, Infiniti, VS America
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio escolar existente fue construido en la década de 1960 en la localidad de Nizza Millefonti. La estructura, situada entre la antigua zona industrial del Lingotto y el río Po, en la zona sureste de Turín, se amplió y repensó de manera funcional. Las nuevas necesidades educativas se convirtieron en parte integral de la comunidad y se fusionaron con el tejido urbano, representando el futuro de la educación y la arquitectura en la escuela italiana.
La Escuela Fermi se abre a la esfera urbana a través de la reorganización de sus entradas y de sus espacios externos. La parte posterior del edificio existente se convierte en la gran entrada principal, dando forma a un espacio verde mientras se despliega hacia el vecindario y enfatiza el concepto de una escuela comunitaria. La planta baja es una extensión del espacio público: integra una serie de servicios abiertos a todos, como el gimnasio, la biblioteca, el auditorio y la cafetería.
La oficina de arquitectura BDR opera principalmente por adición: una nueva estructura de acero crea una envoltura habitada donde las terrazas son una parte integral del programa de enseñanza, abarca nuevos espacios de conexión y funciona como un escudo pasivo. La modularidad del nuevo marco esboza una columna vertebral en forma de hilo, completada por una red de metal que resalta la permeabilidad visual y la relación con el exterior. El esquema compositivo del marco también se repite en el antiguo edificio, cuyas fachadas se tratan con un yeso multigrano creando variaciones de profundidad.
Las fachadas del nuevo frente y las que dan hacia los patios mantienen grandes ventanas que mejoran la relación entre los diferentes volúmenes y los espacios al aire libre, aportando un nuevo significado al diseño original. La planta baja está diseñada como un centro cívico, donde las diferentes funciones se reúnen en el atrio, conectadas directamente con el jardín y las dos entradas.
El atrio se extiende hasta los pisos superiores gracias a un elemento vertical: una escalera que evoca el lenguaje arquitectónico externo. La biblioteca flexible y el auditorio, la cafetería y el gimnasio completan los espacios públicos en la planta baja.
En los dos pisos superiores, el atrio acomoda espacios recreativos y colectivos, mientras que las actividades educativas se organizan en grupos: unidades espaciales compuestas por aulas, guardarropas, servicios y espacios informales de aprendizaje. Las aulas se convierten en el punto de encuentro y el enlace entre el interior y el exterior, conservando una conexión visual con el espacio común y dando acceso a las terrazas.
Al igual que en las escuelas experimentales al aire libre, las actividades educativas y recreativas tienen lugar en el exterior. En estos espacios abiertos, las áreas verdes y el diálogo con el paisaje circundante alientan a estudiantes y profesores a reunirse e intercambiar ideas en sus actividades diarias, lo que agrega un gran valor.
El proyecto de planificación compartido con la comunidad también tiene una ambición explícita y superior: "establecer el estándar mediante la construcción de una escuela en el sentido pedagógico y educativo". Al mismo tiempo, la innovación de la estructura escolar y la inclusión de nuevos elementos arquitectónicos y espaciales hacen de la escuela Fermi un estudio de caso, un modelo replicable para la recalificación del patrimonio del edificio escolar.